Llegarooooon los metroemocionaaales!!!


Según Rosetta Forner, apareció una nueva estirpe de hombre, adiós los metrosexuales chau los retrosexuales, ahora es el turno de los metroemocionales.

Un nuevo tipo de pitecantropus erectus, pero con corazón. Así parece, aquí van algunas de sus características.

No se sienten superior si pagan la cena, por ejemplo invitan a cenar, y la chiquita se zarpa con una entrada de langostinos, un salmon a la crema, y de postre un buen tiramisú, todo rociado con vino de 50 la botella y un champú para el brindis... él ni se inmuta. El metroemocional paga y feliz de la vida. Y encima le dice: ¿cuando querés cenar de nuevo?

No se siente apabullado si ella tiene un coche de mayor cilindrada. Dado el caso en que llega con su 147, y ella le dice, mejor vamos con el mío y saca un Audi del garage, gris metalizado con asientos de cuero beige, un despelote total , y le dice si querés guarda el tuyo en el garage, y encima cuando le da arranque alm Fiat, rrr, rrr, el burro le falla. Nada ni se inmuta, ni le importa, ni se siente inferior. Le dice: Dejá que después mando una grúa a buscarlo. Ese es un típico metroemocional.

No le gustan las mujeres que basan su nivel de autoestima en su físico. El tipo hizo una cita por email, y le llega una gordita, con granos, pelo una miseria pero con un corazón enorme, una inteligencia sobre natural, y una simpatía fuera de lo común. Entonces él se queda charlando horas, porque quiere descubrir el interior de esa mujer, y si pasa alguna de esas diosas gym, esculpida a fuerza de aparatos... nada, ni lamira porque es un metroemocional.

No tiene problema en encontrarse con una mujer más inteligente que él de la que poder aprender. Por ejemplo, en la tercer cita, ella lo invita a su casa, a pasar un rato con sus amigos, todos proponen jugar al Trivial, y empiezan. A pesar de que no acierta una, y que no puede decir cuál era el nombre en castellano del ratón Mickey. Y su chica, acierta hasta cuánto mide el diámetro de la tierra, y cuánto es 2546 al cuadrado. No se siente inferior, sino feliz de haber encontrado alguien tan inteligente.

Hay muchos más tips para reconocerlos, lo cuál es muy fácil. Lo difícil es encontrarlos, y encima con todos los tips juntos.

(Para los que quieran leer más detenidamente el libro, con 57 pesos lo hacen)

Medidas de supervivencia

Últimamente practico una conducta de supervivencia: Cuando veo alguna escena de sexo en la tele, lo primero que hago es cambiar. Porque no quiero que mis hormonas reciban dosis extra de provocación, ya bastante con mis pensamientos.

Lo peor son esas que dan cerca de la una o dos de la mañana, unas semipornotruchasno mecreonada, y lo peor que en mi cable están justo en el medio de los canales de películas. O sea que para arriba o para abajo, si zappeo las tengo que ver. Pero las paso tan rápido que por ahí me queda algún ahhhh, o uuuuuhhhh, unas tetas o un culo, pero nada más.

El otro día justo enganché a las dos de la tarde, la escena en El nombre de la rosa, en la que el novicio, el fraile joven (flequillito tipo Balá) se daba un tremendo polvo con una joven sobre un pajar, y me quedé por 2 segundos, pero pasé rápido. ¡Debo confesar, volví enseguida!

Mea culpa, pero qué escena erótica, guauuu. ¿Sería porque el fraile era virgen? Ya había visto esa película hace tanto y ni había reparado en la escena. Me doy cuenta de que las situaciones que estamos viviendo hacen que veamos las pelis de manera diferente y que nos afecten de otra forma. Me quedé pensando en ese frailecito…

Si estoy en pareja me banco las películas de amor; si estoy sola me la paso llorando, cuando salgo tengo los ojos hechos bolsas, hinchados, todo el rimel corrido, y una pelota en el estomágo. Y sé que no es por el tremendo balde de pochoclos que me comí, eso no tiene nada que ver. Los pochoclos calman la ansiedad de ver tanto amor hecho realidad en el celuloide. Antes odiaba a los que comían pochoclos en el cine, pero no resisto una de amor sin ellos. Mastica que te mastica, pura subliminación.

Y algo pasa de verdad en las pelis, porque ¡oh! casualidad siempre los actores se terminan enganchando con las compañeritas, o viceversa, entonces el amor de la pantalla no es tan de ficción. Dale que vamos, hagamos la escenita y te la pongo. Y uno dice, qué bien actúan.


Creo que mi estado anímico amerita una butaca para ver Winnie The Pooh y el Efelante (sí, se escribe así no me equivoqué, no sé porque corno pero es así).

No me digan que entre el osito y el efelante, (que vendría a ser un elefante) algo pasa, porque entonces ni voy.

Dame, dame la clave de amor

Él insistía en que le diera la clave de mis e-mails. Qué tenés que ocultar, si tenés algo para ocultar entonces no me la des pero si no tenés nada que ocultar por qué no me la podés dar. Es mi privacidad, no tiene nada que ver con ocultar o no, tenga o no tenga nada que ocultar, es mi intimidad y lamentablemente tendrás que vivir con eso y soportarlo.Estaba claro que la que tenía que soportarlo era yo.

El era obsesivo por traumas, por crianza, por culto o religión o porque se le cantó a la sabia naturaleza y justo cuando lo crearon dejó de ser sabia y lo convirtió en un obsesivo confeso y expreso. Sabía que la cosa no quedaría en un simple no.Lo reconozco, para torturas psicológicas no sirvo.

Luego de horas entre mi defensa a la privacidad y su monólogo a la confianza y no ocultar nada en la pareja, que las relaciones tenían que ser transparentes, bajé mi guardia. Ni con mis argumentos a la no invasión, ni con la lectura del libro de autoayuda de Bucay lo pude convencer y se la di. La clave, no la razón.¿Es importante para una pareja compartir todo, todo, todo hasta la clave de los mail? ¿Hace eso mejor la relación o la convierte en algo totalmente enfermo y voyeurista?

Había cometido una pequeña trampa al dársela y era abrir un nuevo mail, con una clave nueva, y haber enviado a mis queridas amigas, amigos, amigotes que quería en mi privacidad que ese era mi nuevo mail. Había dejado el otro para todas las estupideces que siempre llegan a las casillas de mail, cadenas insoportables, propagandas inútiles, spam o no spam, y señoritas o señoritos de los cuales no me importaba nada que leyeran sus mail. O sea: hecha la ley hecha la trampa.

Toda moneda tiene dos caras, y en esta nueva moneda llamada: nos damos las claves mua, mua, de un lado estaba la mía y del otro, la de él. Por supuesto que yo no la quería, ni me interesaba tenerla, dámela si querés pero jamás entraré a tu correo porque me parece de cuarta. Y justo fue en la cuarta semana o sea al mes de que me la dio que entré.Es que el límite de mi estoicidad por respetar su privacidad, duró las cuatro semanas que coincidieron con mi viaje a España por trabajo.

Entre tanto trabajo me olvidé de él, de la clave y hasta de llamar a mi mamá por teléfono.Todo este olvido renació en curiosidad en el mismo momento que encendí mi computadora personal en mi casa, con mi clave. ¿Qué habrá hecho en estas semanas? Ni pienso ver sus email, mejor no entro, no va a ser tan tonto de dejar pruebas, si ni vale la pena, cuál era la clave.¿Habrá confiado tanto en mi decisión de no entrar, habrá creído que mis principios acerca de la intimidad eran firmes, conocía tan poco a las mujeres, o conocía tan poco de computación que no borró de la basura-papelera-trash todos los mail que sí había borrado de su cuenta?

Busqué en la basura como un perro hambriento, oliendo con los ojos encontré una apasionada historia de 4 semanas con una señorita de sonrisa cachonda para los españoles, calentona para nosotros. Vi su foto. Al mostrarle los mail se ofendió tanto de que no haya confiado en él, se sintió humillado, ultrajado, menos mal que no me dijo violado, me acusó de fisgona.-Investigadora, le grité desde el hueco del ascensor.¿Para qué me dio la clave? O quizás me quería sacar de encima y esa fue la mejor manera de hacerlo. ¡Brillante! Si fue así, caí en mi propia trampa sin ninguna ley. Rompimos ese mismo día.Hace tres meses de esto y él todavía no la cambió. La clave digo, la cachonda sí.

La pucha salí en Clarín

No lo puedo creer, salí en Clarín, el diario de todos, todos los que lo leen. Qué miedo, y yo que quería que lo de Felipe, quedara entre nosotros, pum.... primera plana de un diario nacional. En parte él se lo merecía.
Besos a todos los nuevos amigotes que dejaron mensajes y a los viejos que son los que me hicieron el aguante.
¡Vivan los blogs, que permiten que digamos lo que queremos, o lo que podemos, o lo que hacemos o no hacemos. Tal es mi caso... ya saben qué.

Adiós, Agente 86

Murió el Agente 86, Maxwell Smart, el temible agente del recontraespionaje que hacía Don Adams.
Me dio pena (vengo de pena en pena).
Tenía 82 años, pero yo no me lo imagino viejito, me lo imagino con su zapatofono,con su siempre bien amada Agente 99, y con su archienemigo de Kaos.
Llenó muchas madrugadas de mi vida, con su humor. Todavía puedo ver las series y seguir riéndome. Con Colmillo, con todos sus gags, con sus locuras...
Lo bueno 'dicho por él- es quería hacer reír a la gente, y lo logró. ¿Que más no?
Bye, Maxwell!

Oda a Felipe (Q.E.P.D.)

¡Oh! pequeño pillo,
energía a pila,
vibración divina,
me has dejado sola,
te has ido…
Ya no sentiré
tu caricia cumbre,
tu palpitar mecánico,
tu callado sosiego
cuando la batería
se moría.
Así, pensé que había pasado,
que estabas apagado
en esa triste noche,
que me dejaste.
¡Que estabas apagado!
¡Que erróneo pensamiento!
No era eso,
estabas sin aliento.
Tu almita
de sex toy
se había terminado,
quién sabe los motivos,
quién sabe los pecados,
quién sabe qué ha pasado.
Lo único que sé
es que te has muerto,
ni un movimiento más,
ni un estertor,
sin una vibración,
sin un brum brum,
sin el mínimo indicio
de que podías
dar el último servicio.
Adiós, pequeño amigo.
Adiós, amante satisfecho.
Adiós, lujuria artificial,
pues no hay hombre
en mi lecho.
Sé que me amaste a tu manera
y yo a la mía.

Motivos

Ahora que también Felipe me dejó, me puse a pensar por qué me dejan.

El primero porque lo ahogaba.
El segundo porque le daba libertad.
El tercero porque hablaba mucho.
El cuarto porque era muy callada.
El quinto porque era sobreprotectora.
El sexto porque no lo protegía.
El séptimo porque era extrovertida.
El octavo porque era introvertida.
El noveno porque era demasiado positiva.
El décimo porque era muy negativa.
El undécimo porque todo me afectaba mucho.
El duodécimo porque todo me resbalaba.
El decimotercero porque era gorda.
El decimocuarto porque estaba muy flaca.
El decimoquinto porque era compradora compulsiva.
El decimosexto porque era tacaña.
El decimoséptimo porque era demasiado apasionada.
El decimoctavo porque era fría.
El decimonoveno ni tengo idea.
El vigésimo por otra.

Murió Felipe

Ya les conté que tengo un amigo sexual, Felipe. Alías "The consolator". Bueno, tenía porque hace poco murió. Y no es cuestión de pilas u otra cosa, no sé que le pasó, un día se quedó quietito, quietito, el pobrecito. Se murió porque para mí ya tenía vida.

No puedo decir que se quedó duro, porque siempre estuvo así. Pero yo le daba vuelta una rosquita y nada. Muerto, sin el mínimo gesto de movimiento. Ni una mímina vibration, nothing... nada. Ni un brrrrr. .o rrrrr siquiera o un r. ¡Juro que no fue abuso, ni trabajo forzado!

Lo peor fue que se me ocurrió abrirlo, digamos hacer una especie de operación quirúrgica. Adentro tenía un aparatito, que ni sé lo que era, pero que cuando tiré de un cable, pummm se salió. Era un sistema muy primario, pero yo lo dejé secundario. Se le cortó algo, así que dejó de funcionar, estaba así con todo afuera como si lo hubieran operado a miembro abierto. Yo no tengo suerte, hasta a Felipe lo agarró la impotencia.

Entonces le conté a mi amiga Adru, que había tenido el descaro de propagar mi relación con Feli, en una fiesta con amigos, o sea que ya muchos sabían de mi autosatisfacción sexual. Pero como ya dije una vez y no me canso de repetirlo, sigo manteniendo el derecho a ella. ¿Por qué en los hombres no está mal visto y en la mujeres sí? Nunca, lo voy a entender.

¿Cómo pudo contar algo así, algo tan íntimo...? (Por favor ahora no lo comenten ustedes, mantengan discreción se lo pido por favor, aunque ya no sirve de nada, él ya está muertito).

Decía que el Oso, era uno de los que se había enterado de lo mío con Feli, y además es un tipo que arregla todo lo que caen en sus manos. Transcribo lo que se le ocurrió a mi amiga, cuentatuti.

- ¿Se te murió Felipe?
- Sí, estoy desconsolada.
- Me imagino.
- No sé que le pasó, un día dejó de funcionar.
- ¿Le cambiaste las pilas?
- Eran nuevas.
- No serían esas truchas que venden en el subte, que no duran una mierda.
- Eran Duracell, las del conejito rosa.
- Ah...esas son buenas. ¿Querés que le diga al Oso que te lo arregle?

¿Alguien puede suponer algo tan horroroso como esto? La imagen del Oso con mi Filíp (que no es marca Phillips, por ahí hubiera durado más...), la imagen de él con él en sus manotas fue desvastadora.
Nadie, nadie lo tocaría más que yo. Y si se le terminó su vida útil de amigo sexual, así quedará grabado en la historia como mi primer sex toy, quedará en los anales en el mismo nivel que la Pepona que me regaló mi abuelita. Ningún otro objeto que compre le sacará el puesto.
Es, fue y será el rey.

Pero como dice el dicho: "A rey muerto, rey puesto".
No me queda otra que ir a un Sex Shop, claro que será a principio de mes, porque no tengo un mango. Y el deseo bien puede esperar.
Además un lutito se merece el pobre.

Yo no tuve la culpa... (flores abstenerse)

Ayer empezó la primavera, por lo menos en el hemisferio sur. Estuve con tanto laburo, laburo, laburo... que sólo me di cuenta de que había llegado porque me regalaron 2 rosas, y un plantita de una flor que se parece a una campanita, roja, de un rojo muy intenso casi aterciopelado, muy linda. No sé como se llama. Pero que me da mucha pena, porque va a morir. A veces me siento una asesina serial de plantas.

Primero fue la orquídea blanca, súper exótica, con hojas tan blancas (por eso es una orquídea blanca) que resaltan sobre otros blancos. Creo que una media lavada con Ace, no resiste la prueba de blancura si la comparan con sus pétalos. Nadie me dijo que no la regara todos los días, y agua que agua. Murió por exceso, de agua claro. O sea, murió ahogada. (q.e.p.d)


La segunda víctima, fue una plantita de margaritas blancas. Esas chiquitas con un centro amarillo, muy bonitas, sencillas y graciosas. Esas se murieron de sed, porque las puse en la ventana del lavadero, puro sol, de tarde, puro calor, a eso de las 2 pm es como un sauna, sin maderas ni nada, pero sauna al fin. Calor y poca agua, porque no quise matarlas como a la orquídea. Murieron deshidratadas. (q.e.p.d.)


La tercera fue un lilium naranja, que compré porque estaba harta de gastar en ramos. Me encantan los lilium... pero este no sé de que se murió, creo que de mucho amor, porque me habían dicho que si se le habla a las plantas crecen mejor. Y yo le hablaba, le hablaba, le hablaba. Le contaba mis problemas, despotricaba contra el gobierno, contra Osky, contra mi gordura, contra mi abstinencia (sexual), contra el frío, contra el calor, contra los mosquitos, contra las polillas, contra los aumentos... era como un reservorio de mala onda, y la pobre murió... porque no quería escucharme más. Porque a esta sí el agua era la justa, pero las parolas eran muchas. Murió de depresión. (q.e.p.d)

Como ven lo mío no es discriminatorio, lo mismo da de 2,50 o de 50 pesos. Hace poco ví otra orquídea blanca, y me la compré. ¡Mierda se me va a morir! Es artificial. Y encima hasta la puedo lavar con detergente, cuando el polvo caiga sobre ella.
Por lo menos el polvo caerá sobre algo en esta casa. Y lo digo con todo el doble sentido.

Subject: ADIOS

¡Odio, odio, no lo soporto, lo detesto! Así todo eso junto y bien mezclado a la décima potencia, son mis sentimientos cuando me dejan vía e-mail. Ya sé que reemplazó a la clásica correspondencia, y que es el mejor medio de comunicación actual, y ni hablar de la rápidez.
¿Pero hay algo más doloroso que recibir una ruptura vía email? ¿Sería peor recibir un telegrama o una carta documento? Bueno, a una amiga mía la dejaron por chat, pero parecía que estaban hablando. No sé, no sé. ¿A quién no le puede molestar eso?

Y entonces una lee en el subject, adiós!!! y piensa:
- Uyy el bichi se va de viaje.
Al empezar a leer, la realidad de la escritura es aplastante.

Darling,
te escribo para decirte que no te quiero más, bueno algo te quiero pero no quiero que estés más en mi vida, y además tampoco quiero tenerte en mis cuentas de email, por lo tanto te borro a continuación de que te envíe éste.
Perdonáme, pero es lo que siento. Que tengas mucha suerte.
A.P.

PD: Mandame por una moto mis Cd's(la pago yo).


¿Se puede ser tan hijo de puta? Y lo peor que cuando te lo dicen personalmente el sufrimiento es el mismo, pero con el tiempo se borra. Pero eso ha quedado en un papel, que obviamente imprimí, y que obviamente leo una y otra vez, y otra vez, y otra vez y otra vez más por las dudas...porque dijo "algo te quiero".
Trato de encontrarle algún mensaje oculto, pongo las letras de las primeras palabras, y cuento las sílabas y las consonantes, y luego le saco las vocales, le saco los acentos y los reemplazo por las consonantes que le saqué antes de sacarle las vocales, y luego cruzo palabras y cuando me da impar le agrego uno y trato de ver un mensaje oculto.

Lo único que leo siempre es "andate a la mierda".
Y luego de leer por chiquicientas y milicientas veces me digo que tengo que contestarle.
-¡Ah! no, ni pienso hablarle por teléfono, que se cree que me deja por email y yo lo llamo. ¡De ninguna manera! Y aunque me muerdo los labios y los dedos se van hacia el celular, y el número pasa y pasa por mi cabeza. Pero no lo llamo, antes muerta.

Y cuando me siento a contestarle, es cuando empiezo a llorar, a llorar, a llorar, menos mal que no es una carta a mano, porque se hubiera mojado todo el papel, y que las lágrimas no son dulces porque hubiera hecho bolsa el teclado. Y en ese preciso instante en que me siento la mujer más triste del mundo algo brota de mi interior, dignidad, orgullo, bronca mezclada con tristeza, no sé ni tengo idea, pero es cuando digo:
- Yo no le contesto una mierda que piense que nunca me llegó, que se perdió en la red. Qué le quede la duda si lo recibí y si no le contesto porque quizás me suicidé, o porque no me importó nada.
Y me pongo unos algodoncitos humedecidos en té de manzanilla para que se me deshinchen los párpados que a esta altura parecen de un sapo. Y con todo el dolor del mundo lo borro de mi direccionario. De mi corazón lleva más tiempo.




La vida es un carnaval

Este fin de semana tuve el cumple de 40 de mi primo. Y por supuesto que estuvimos todos los primis. Algunos casados, ya con 3 hijos, otros casados y separados, con un poco los tuyos, los míos y los nuestros.
No sé por qué pensé que la única que estaba sola era yo. Quizás lo haya pensado porque la única que estaba sola era yo. Y eso me da tanto por las pelotas, porque me banco ir al cine sola, comer sola, viajar sola, pero ir a la fiestas familiares sola, es algo que me da urticaria y me pone en evidencia de una forma contundente y comparativa mi soltería. Por suerte ya nadie pregunta: ¿viniste sola? Porque es tan obvio, que sólo puede tener una respuesta, ¡no con el hombre invisible!
Entonces trato de mostrar lo feliz que soy estando sola... ¿qué soy? Y lo demuestro bailando conga, chamamé, batucada, salsa, merengue, todos los ritmos bailaré, y lo demuestro pitando el silbato del carnaval carioca, más fuerte que nadie, y poniéndome los collares estilo hawaiano, que encuentro tirados por el suelo, pprrrrrr bombaparabailarestoesunabomba... prrrrrr malbichotodostedicenquesosmalbicho.... y todo el popurrí de estos ritmos que hacen que una se sienta en plena decadencia. Soy el centro de la ronda, o la que arma el trencito, prrrrrgasolinacomolegustalagasolina.
De pronto, la mujer de mi primo trae la piñata para grandes, un globo enorme de color rojo con rayas horizontales de todos colores, se para en una silla y levanta el brazo. Todos nos ponemos debajo esperando las golosinas, y jugando a ser niños otra vez. Mi primo con un cuchillo en la mano, no sea cosa de errar en el intento, ojo que cumple 40, no 20. A la cuenta de tres, hace explotar la inmensa bola.
Y yo con mis manos levantadas,
Uno, dos, y .... tres!. De pronto abro grande la boca, cuando veo que lo que caen no son caramelos sino legítimos sobrecitos plateados de profilácticos... Como sigo con mis manos abiertas que no atiné a cerrar, recibo uno, dos ... no sé un montón de forros. Gracias que no me cayó ninguno en la boca... hubiera sido muy humillante.
Todos me miran como diciendo... ¿Y?
Y yo pienso, para qué mierda quiero esto, cuando llegará alguien para romper el envase con los dientes, con las manos, con algo, cuándo llegará ese día.
Alguien dice que mi tío con uno tiene para un año, y mi otro primo que tiene 3 dice que le alcanza para un mes. Y yo que soy la que tiene más digo, bueno por lo menos vencen en el abril del 2009... prrrrporquéllorarquelavidaesuncarnavalyesmásbellovivircantando...prrrr

Top ten de cosas que no hago

Siempre, siempre me propongo hacer cosas, que al final no hago. Oh!!! eterna inconstancia, falta de ganas, o simplemente olvido. No olvido, no. Porque todas las noches, esa lista viene inmediatamente a mi cabeza como si fueran ovejitas a contar antes de dormirse.
Quiero aclarar que el único motivo que me mueve a escribir esto, es la sola satisfacción masoquista de ver publicados mis nunca realizados propósitos.

  1. Levantarme a las 8.30 am para ir a caminar a la plaza que queda a 2 cuadras de casa, y luego empezar el día súper energizada.
  2. Dejar de tomar gaseosas, aunque sea light.
  3. Comer más frutas.
  4. Hablarle más seguido a mi mamá por teléfono.
  5. ¡Dejar de comprar aros!
  6. Estudiar inglés.
  7. Anotarme en un taller literario.
  8. Pedalear en mi bicicleta fija, 30minutos por día, negociables a 15. (casi está entrando en los imposibles).
  9. Ahorrar un mínimo por mes, aunque sean 30 pesos.
  10. Guardar la ropa que uso cada día ( y no dejar su cadáver por el cuarto luego de que la uso)

Prometo fielmente tratar de cumplir algo de lo que escribí. Esto lo pongo de pura caradura, para generar algún tipo de compromiso. Espero que la lista no se engrose hasta fin de año, y que pueda por lo menos cumplir algún items. Pensé en poner, no comer más alfajores Jorgito, pero niente... a mi amor no lo dejaré jamás.

Nunca con uno que

Me hice una lista de las cosas que no soportaría en un hombre (en el caso de que aparezca alguno en el horizonte) bajo ningún punto de vista:

1. Que use musculosa (creo que lo puse en primer lugar porque Osky, hoy se vino con musculosa al trabajo)
2. Que use cadenas y pulseras de oro. Menos peluquín, o que se tiña!!!
3. Que se coma las "s". (Hubo uno por ahí que decía sei, en vez de seis pero era casi imperceptible, y me di cuenta cuando la cama se había convertido en una sssssssssssssssssssssúper química)
4. Que se coma las "s" y me dé cuenta.
5. Que tenga mal aliento, no un día por un asado con ensalada mixta con mucha cebolla, no todo el tiempo.
6. Que no sepa quien son Cortázar y Borges, ni... hay tantos bueno no digo que los haya leído, pero que los conozca.
7. Que no le diga Fellini, y piense que es una marca de fideos.
8. Que no se bañe todos los días.
9. Que no trabaje. Ni aún siendo el futuro Van Gogh...
10. Que no sea imaginativo y no pueda volar, más allá de los aviones y los cometas.
11. Que tenga 40 y viva con la madre.
12. ...

Mejor no escribo más, porque cada items es un paso más lejos del hombre ideal, pensé en poner que no sea honesto, o que sea infiel, pero me pareció demasiado imposible. Lo siento ya no creo en los hombres fieles. Es una especie en extinción, hay muy pocos y quién sabe con quién estarán...

Cerezas al pie

El del pie llamó desde Chile, vendría a Buenos Aires y quería verme. Desde ese encuentro en el bar, debajo de la mesa, entre mi pie y su bien llamada extremidad masculina (que no empieza ni con brazos ni con piernas), había pasado menos de una semana.
El me había pedido esa noche en el bar, que no me fuera que me quedara una semana más de vacaciones pero imposible, me negué rotundamente y decidí partir como lo tenía previsto. Carga erótica y todo el hombre no me inspiraba cambiar un pasaje.
¿Qué hace que una mujer decida cambiar planes por un hombre? Porque si lo pienso me había picado el bichito de la seducción, o mejor dicho la libido me había puesto el bichito y ni quiero pensar dónde. Se ve que en algunos casos podemos hacer uso del instinto de supervivencia que lleva a decir no, lástima que se ve obstaculizado la mayoría de la veces.
El “señor erótico chileno”, había dejado mensajes en mi contestador y había hablado varias veces, y me había preguntado si tenía los pies calientes, pero más allá de eso nada de charlas eróticas de esas que hacen temblar los cables.
Luego de alguna cancelación quedó una fecha prefijada y un acuerdo: lo iría a buscar al aeropuerto y luego iríamos a cenar y después... ¿Quién sabría, lo que pasaría después? Aunque no hay que ser muy mago para adivinarlo.
Un hombre vendrá a verme desde Chile, sólo por mi pie, o es que querrá todo lo que tiene ese pie arriba, y por supuesto lo que tiene el otro. Siempre pienso que las cosas van a salir bien, en eso me veo positiva y nunca puedo imaginar cómo serían las cosas si salieran mal, hasta que pasan y no tengo que imaginarlas sino vivirlas.
Estuve como cinco horas arreglándome para el encuentro. Miré todas mis sandalias para ver cuál favorecía mejor a que mis pies se vieran eróticos y mis dedos como salvajes frutas de la pasión, así que pensé me los pinto de rojo y de rojo bien oscuro. Cerezas que se mostraban tras la mínima tira de la sandalia, como pidiendo ser mordidas, una en cada dedo. Ya mis pies “típica empanada argentina” como por arte de magia se habían transformado en los de Cenicienta.
La verdad que ni me acordaba de su cara, de su cuerpo, ni de sus manos, ni de su altura. Sentía que no podía dictar su identikit pero si lo veía lo reconocería de inmediato, y así fue cuando salió detrás de las puertas de vidrio. No me gusta tanto, pero tampoco me disgusta tanto, y además cuando no hay “tanto” para elegir y... el hombre viajó desde Chile, y que se le va a hacer, es una cena y hoy tengo los pies bien calentitos con las cerezas que esperan ser comidas.
Se ve que toda la semanita y demás la cuestión del piecito sí había hecho eco en él, porque se vino con los botines de punta, y cuando digo de punta lo digo con todas las letras. Puro abrazo y beso, y toque de aquí y toque de allá, cariñoso el chileno, y yo con las hormonas a mil, después de unos meses con ley más seca que la propia ley seca, y escuchando que bonita, que dulce, que cosa divina, que esto que lo otro. Vamos a casa a tomar un café, lo invito casi sin pensarlo.
Ni se imaginen lo peor, porque pasó lo peor: el hombre no funcionaba, decirlo así suena como si lo tratara de un aparato electrodoméstico. Beso en beso y con vino y deseos contenidos, los dos terminamos desnudos en el sillón de mi casa. Y su desesperación porque me guste fue tanta que no me gustó. Y lo peor que cuando le pedí que usara al odiado por casi la mayoría de los que tienen problemas de erección: el forro o profiláctico o condón, todo se vino abajo. Literalmente.
En medio de ese bajón, también literalmente, fui al baño y cuando volví estaba fumando desnudo mirando por mi balcón el hermoso cielo estrellado de Buenos Aires, y las mil ventanitas encendidas que hacían de farolitos chinos. Esa visión fue inesperada e inolvidable: su culo en medio de mi ventana y la columna de humo, que se elevaba hacia el infinito. La recuerdo todavía. Me eché la culpa de mi falta de emoción, concentración o calentura como le llaman, y que por ende no lo ayudé, o sería al revés o sólo estábamos predestinados a que nuestras extremidades, y está vez habló de las que empiezan con pie y mano fueran las que nos llevaran a sentir erotismo al rojo vivo. Se quiso ir enseguida, ni quiso esperar que le llamara un taxi. Me dijo que al otro día me llamaría para ir juntos al cine. Hasta hoy no volví a saber de él. Las cerezas se fueron con el mejor quitaesmalte del mercado, el que no tiene acetona.

Remedio para el corazón

Como me sentía triste, acudí a un médico del corazón. Un especialista que, según me dijeron, curaba todas las nanas de este músculo tan relacionado al amor y al afecto. Me revisó, me hizo un electro y me preguntó muchas cosas, que minuciosamente iba anotando en una ficha en su computadora personal.
Al final me recetó unas pastillas, que presurosa fui a comprar cuando salí de su consultorio.
Con ellas iba a solucionar mi falta de afecto, de palabras cariñosas, de caricias sensuales, en fin mi falta de amor...
Pero al abrir el frasco se cayeron al suelo, y qué lástima justo se rompió la que más me hacía falta. No sé si me podrá hacer la receta de nuevo, porque dicen que cuando el amor se rompe no hay nada que valga. Se perdió para siempre.