Uauuu no tengo palabra. Uauuu no puedo creer que diga, y lo
peor escriba, esto. Porque como decía un profesor mío de teatro, "lo que
no se escribe se pierde para la historia", o sea que una vez escrito
quedará para la historia, que no será más que la mía. Una pequeña historia
entre millones. Pero les juro que me senté mil veces a escribir en este blog y
otras tantas me levanté. Y sentía que les había prometido que volvería. Pero
llega el fin de año, y leo que Armando Esteban me pone" volvé cosita"
y Garrobito todavía sigue ahí, y Mariuska también, y tantos otros. Y me
preguntó qué relación construimos entre todos, que a pesar de no vernos, de no
leernos por un tiempo, ni siquiera de conocernos, estamos. Alguien hace poco me
dijo que el verbo "to be" en inglés vale tanto para ser o estar, y es
cierto, soy y estoy con ustedes, son y están conmigo. Así, como lo hacemos con
tantas otras personas, tantas no todas, en algún caso, sólo algunas, en otros
sólo una. Yo estoy y soy por ustedes, si no me hubieran leído nunca, si no
hubieran entrado a este blog, seguramente no hubiera escrito semana a semana
historia tras historia, recuerdo tras recuerdo garabateado en las teclas de la
compu. Así, que tal vez ahora que se acerca el fin de año, debería decirles que
tengo muchas ganas de volver, pero que no sé si lo haré. Tengo tantas historias
para contarles, tantas, que me parece cruel siquiera contarles que las tengo. Pero,
las hay, están allí esperando en las gateras de los sueños, esperando para
salir, guardadas entre miles de cosas vividas, están allí esperando el momento
oportuno. Sólo eso. No es nada más que eso. O es mucho eso. Mucho. Siempre para
fin de año escribí algo. Y este no va a ser diferente, tal vez no sea lo que
esperan leer. Pero les digo que yo estoy aquí sentada detrás del teclado, y sé
que ustedes están ahí , tal vez en este mismo instante viendo un monitor o
escribiendo algo en un teclado, casi igual al mío, tal vez a miles de
kilómetros de distancia. Y esa es la magia, que ustedes y yo sabemos que
estamos. Así que, amigos, dejemos que el tiempo redireccione mis ganas para
estar juntos enlazados por las letras, por las historias, por la vida misma.
Les deseo un buen año, el mejor. Y eso sólo depende de las ganas que le pongamos
para que así sea.