La espera

Me tengo que encontrar con él, a las 8 en un bar que no es el usual. No sé por qué razón hoy quise variar. El que llega primero entra, así no quedamos estampados ninguno de los dos en esa esquina oscura. Seguro iba a ser yo por mi espantosa puntualidad, tantas veces valorada y a veces odiada por mí. Cuando hago un esfuerzo para no ser puntual, el otro hace el doble para ser impuntual, por lo que termino siéndolo igual.

Primer acto.
Él no llegó, era obvio. No me sorprendo, me siento y por primera vez miro el reloj que está en la pared. El mío quedó en casa. Son las 8 en punto. Me siento tranquila, y empiezo a leer el libro, compañero habitual de las esperas.
Pasaron 1, 3, 5 minutos, ya son diez. Todavía el retraso entra en la posibilidad de una llegada tarde, de un imprevisto, o simplemente de una despreciada impuntualidad. Sigo leyendo, y mirando el reloj, cada tanto, de hoja en hoja, de oración en oración, de palabra en palabra. Vuelvo a leer por tercera vez el mismo párrafo.

Segundo acto.
Ya son y 20. ¿Se habrá equivocado de bar, habrá entendido mal, habré entendido mal yo, le habré explicado bien, será hoy? Comienza la angustia de la espera, el sinsabor de no saber qué pasa. ¿Qué hago? ¿Lo llamo? No, voy a sonar a obsesiva, o controladora. Saltó el constestador. El reloj y la puerta de entrada se convierten de pronto en mi centro de atención, el libro ha quedado abierto, allí en la mesa. Inútil, sin prestar su servicio de compañía o relleno de la maldita espera. Y veinticinco. Caigo en la desesperación de hablarle con el pensamiento, de espetarle, por qué me hace esto, si sabe que no me gusta, si no puede ni siquiera avisarme que llega tarde, por qué carajo me hace esperar, cómo lo odio.

Tercer acto.
El enojo y la angustia por su ausencia, pasa a ser desesperación a medida que la aguja avanza, que él no entra por la puerta y que la silla permanece vacía, tan inútil como el libro sobre la mesa. Estoy totalmente descontrolada y empiezo a pensar que no va a venir, que me dejó plantada; o lo peor, que le pasó algo, que tuvo un accidente, estoy totalmente sola y abandonada por alguien que quizás murió. No puedo más.

Final.
Según el filosófo francés Roland Barthes, a cada uno de estos tres actos de la espera le corresponde una reacción para la llegada del esperado. Entonces sería algo así:

- Si llega en el primer acto: el recibimiento es apacible, tranquilo y la cosa sigue normal.
- Si llega en el segundo: se viene la pelea, la “escena”, como dice él.
- Pero si llega en el tercero, cuando ya una piensa en el abandono, o la pérdida absoluta, se produce mágicamente con su figura entrando al bar, el reconocimiento total, la sensación de plenitud, de salvación, el reencuentro con la vida. La sonrisa se expande y una paz golpea la puertas del alma. Él está aquí sano y salvo, y conmigo.

Cuando lo leí, descubrí que tiene razón. Y además, que lo que siempre me pasaba estaba contado a la perfección por él. Maravillosamente descripto en Fragmentos del discurso amoroso. No me sentí un bicho raro, obsesivo y creador de las peores catástrofes imaginarias: choque de subte, arrollamiento de colectivo, robo a mano armada con muerte sucesiva, está con otra en un telo. El lenguaje del amor es universal.

Bonus track
¡Ojo!, a no abusar pensando que ese tercer momento es el de la salvación, porque somos mujeres y quizás nos quedemos en el segundo irremediablemente y contra toda filosofía barthesniana.

21 comentarios:

@VASMasAlla dijo...

Por lo que leo deduzco que no conoces demasiado a la persona que esperas. Si lo hicieras sabrias si el tipo es puntual o no y tambien si vale la pena esperarlo o no. Normalmente un caballero que llega tarde, llama para avisarte que lo banques unos minutos.
Como no lo conoces y ya marca el inicio de la relacion haciendote esperar me da la sensacion que por el momento esta jugando, que no resultas lo suficientemente importante para el. Si le seguis el juego desesperada, va a pensar que gano y va a terminar de perder el interes.
No hubiera esperado tanto en tu lugar. Con quince minutos es suficiente. Si le hubiera pasado algo, las malas noticias vuelan y te aseguro que cuando hay interes, el sabe como hacertelo saber y disculparse, en el caso que corresponda. Besos -

Anónimo dijo...

Mali, todo lo que leí de Roland Barthes es Variaciones sobre literatura y el lenguaje de la moda, lo que citas no lo he leído pero por lo que sé los franceses filósofos son medios rebuscados. Leela a Simon de Beauvoir en su relación con Sartre, bastante inteligente y es mujer. Disculpas por lo de charla de peluqueria, fue lo que me pareció cuando lo leí, debo reconocer que el mismo oficio de escribir en un blog diario y al cual lo sigo es bastante valorable.

Bataclana dijo...

APLAUSOS DE PIE PARA MALIZIA!!!! Una vez más relatas las cosas tal cual son!!!
Y tambien yo soy insoportablemente puntual....por lo que generalmente paso por los 3 actos. A veces reacciono bien y otras mal....ME GUSTA SER MUJER, diria Nacha!
Beso

Salitou dijo...

Una vez esperé, una horita en la calle, sola, de noche, y dio la puta casualidad de que era frente a Plaza Constitución, el insistente, desprolijo y desaseado señor mayor que me queria llevar a toda costa a "tomar un copetín" era insoportable. Esa noche jamás llegué a la etapa del "le habrá pasado algo?", me quedé en la etapa de imaginar mil y una torturas posibles.
Despues de esa "feliz" experiencia, la duración de mi espera depende de que tan temprano haya llegado yo (puntual no soy, llego antes o despues), y de que tan bien la esté pasando en el lugar donde estoy.

Julie dijo...

MAldita espera.. si hay algo que no me caracteriza es la paciencia...

PD:estoy leyendo "Fragmentos..." de Barthes.. genial!

ajsoifer dijo...

Quisiera agregar un poquito de contexto al post.
Barthes fue un semiólogo francés muy afamado y bastante interesante (tuvo una muerte patética, atropellado por el camión de la lavandería cuando salía de dar unas clases).
El libro que citás, fue un éxito editorial y lo convirtió en un mito y un ícono Pop. Partes de ese libro fueron publicados en "Playboy" como para que te imagines.
Recomiendo su lectura a los interesados en cuestiones literarias o semiológicas ya es un pensador muy lúcido.
Por último, dejando de lado todo este academicismo de pacotilla, quisiera comentar algo que me dijo un amigo una vez: Uno debe esperar a una mujer 2.5 minutos por cada número de puntaje que ella obtenga en una apreciación de la belleza banal y superficial.
Así una mujer que es un 6 en la escala de valores de un hombre merece 15 minutos de espera. Si la mujer es 10, merece una espera de 25 minutos. Pero claro, esto es muy variable... cada uno puede hacer sus proporciones considerando factores como el grado de necesidad,etc.

LocaComoTuMadre dijo...

Excelente como siempre Malizia... Es tal cual, los primeros minutos, son bancables, los últimos desesperantes pero cuando llega él, todo se transforma jajajajajajaja....

Las mujeres de por sí, somos más puntuales, y no creo que sea por conocer o no conocer a la persona como escribe Alevs, hay que ser más realista y más confiable, si no, se vive amargada.... jijiji!!

De onda eh?

Besotes Mali!

LocaComoTuMadre dijo...

Un detalle más, si lo merece, se puede esperar una eternidad, obvio que podés esperar dos o tres veces, a la cuarta, chau alpiste..

Pero si no lo merece, con 15 minutos o 20 está bien.

Muaks!

Damian Sierra dijo...

La puntualidad es el principio del respeto. Si alguien no es puntual, y no se toma el minimo detalle de avisar...en mi terminologia es: cagate. Por algo dios invento el celular....y sino una buena excusa...si es repetitiva la falta...dejarla plantada en una futura salida es la mejor opción.

Anónimo dijo...

yo igual le revoleo un café por la cabeza!!!
no hay 1º, 2º o tercer tiempo que valga :-)

Anónimo dijo...

Che, pero que manga de intolerantes. Me parece que no es para tanto. Una cosa es si a todos los encuentros llega 1 hora tarde, pero me parece una exageración protestar por llegadas tarde. Yo soy un imputual total, generalmente de entre 15 y 30 minutos de demora, pero no por una falta de respeto, generalmente es por errores de cálculo de tiempos de viaje al lugar. Así y todo me han tocado novias que me puteaban (tal cual acto 2) pero que en otras ocasiones me tenían esperando a mi por 30 minutos. Entonces quien está libre de pecados para tirar la primera piedra?

Anónimo dijo...

En la primera cita cuando conocí a mi mujer llegué 15 minutos tarde (porque siempre llego tarde, no por desprecio). Claro que ella llegó 20 minutos tarde, así que todo bien...
Yo entiendo que a una persona ansiosa (del tipo que llega puntual) le cuesta estar con alguien que vive postergando las cosas hasta último momento (y así llega tarde a todos lados). Pero de ahí a pensar que esa persona lo hace como desprecio, hay un abismo.

Anónimo dijo...

Llegó al final? Después de cuanto de esperar?
Lamentablemente soy terriblemente impuntual, de las q llegan 1/2 hora tarde a todos lados, así q llegan siempre primero. Pero si de casualidad llego antes yo y veo que no llegó, me voy y si después me llama, le digo que estuve esperando 1/2 hora q no soy una margarita para que me anden plantando.

Josie Janeway dijo...

es increíble la cantidad de anécdotas que tenes para contar acerca de los hombrecillos.
quiero ser como vos, malizia!

Jou

ah, cambie la URL de mi blog.

Anónimo dijo...

Si una piensa en el abandono o en el desprecio mejor que piense la inversa, qué está pasando con su autoestima. Generalmente el que llega tarde siempre es porque es un colgado con todos...

Anónimo dijo...

Mmm, para mí es una norma de respeto llegar a horario, o sea, qué sentido tiene poner un horario si no se va a cumplir? Creo que hay personas a las que eso no les importa y otras a las que sí, y es muy difícil cambiar eso, en mi caso, como me importa mucho, probablemente no elegiría para salir a alguien que me demuestra sistemáticamente que le importa un pito. De hecho no llego a la 3er. etapa y al quedar en la 2a. la salida ya es una cagada, por ende si todas las veces va a pasar lo mismo, todas las salidas serán una cagada, por ende= mejor no salir!
Beso

Garrobito Alado dijo...

arrrrjjjj como odio a barthes!! Lo tuve que aguantar en la facu pero ya paso.. para mi el limite de espera son estrictos quince minutos..

Dr. Cisella dijo...

Me pregunto si a todas las personas del mundo les pasará lo mismo. Yo espero que si. No se si estaria bien pero seria gracioso.

MALiZiA dijo...

Creo que esto de la espera, no tiene por qué ser sólo con una pareja, para un día del amigo una amiga me hizo esperarla 45 minutos y cuando vino le tache toda la tarjeta que le había escrito, y le escribí en la misma que la odiaba por hacerme esperar tanto,
o mi vieja, o mi hermana, creo que el problema es "esperar", en general.

Veo que hay mucho que ya tienen sus tiempos límites puestos, qué bueno, yo no puedo, tengo que hacerlo, 15 , 20, o nada!!!

Lo de crearse una irrealidad inmediata con media hora de retraso, parece ser buena idea, pero cómo se hace?

Esa tabla proporcional entre el puntaje que le pone a la mujer, y el tiempo de espera, no me gusta, nunca le puse puntaje a un hombre, aunque algunos salieron desaprobados...

Y si, comparto que tiene que ver con el respeto llegar a horario, porque el tiempo de todos es muy valioso, o no?

Anónimo dijo...

Espera espera... el que espera desespera... el que espera es porque quiere...o porque no puede...dejar de esperar...

MARROM

Anónimo dijo...

Es verdad! En el tercer acto todo es plenitud...
a mi suelen llegarme en el tercero, pero últimamente llega antes que yo! inédito.

Juan por ej vive a 3 cuadras del diario y llegaba siempre tarde. Esa es otra máxima: el que vive cerca llega tarde y el que vive lejos llega puntual, no?