La metamorfosis

En una de esas excursiones por cotos de caza almorcé en La Recoleta, porque nunca hay que despreciar los horarios locos como el mediodía. Una nunca sabe. Esa especie en extinción, llamada “hombre disponible” puede encontrarse en cualquier sitio, así es de imprevisible. Ese día de sol pleno me senté en una mesa con mis anteojos para sol pleno y La metamorfosis de Kafka.

Al lado de mi mesa había un caballero con un niño de unos 3 añitos, dulce criatura que estaba haciendo un despelote tan grande que ni el niño ni el padre podían comer, y yo menos leer. Así que con mi mejor sonrisa ofrecí mi desinteresada ayuda, que de desinteresada no tenía nada. Off course. Estaba muy pero muy lindo, el padre.

Al llegar el bife de chorizo ya había caído bajo mis encantos del payaso Plim Plim y el Elefante Trompita, el hijo.
Una tarde lo que se dice: en familia. A los postres ya nos habíamos pasado los teléfonos, el padre y yo. El niño todavía no tenía celular. El papi, hombre en estado de divorcio, no tardó en llamarme y por seguir con la onda gastronómica me invitó a almorzar a su departamento que quedaba también en La Recoleta.

La idea me gustaba, él me gustaba y qué tenía para perder, que fuera un mal cocinero. Es raro los hombres en general no cocinan o no les gusta cocinar pero cuando lo hacen son excelentes cocineros. Y no me equivoque: el papito era un muy buen cheff, tanto en la cocina como en la cama.La cocina y la cama, lugares donde funciona la química. Y la química entre él y yo fue buena, no algo así como un descubrimiento digno del premio Nóbel, pero sí como para un 8 en un final de Farmacia.

A ese encuentro siguió otro. A esta altura yo estaba contenta y siempre llevaba “La Metamorfosis” en mi cartera como si Kafka me hubiera conjurado algo así llamado suerte. No me gusta mezclar a Kafka con esto tan trivial pero así funciona mi mente.Cuando llegué a mi tercer encuentro gastronómico-sexual y empezamos lo pormenores que no tienen nada de pormenores. Yo les diría los “pormayores”, con los que las hormonas empiezan su carrera ascendente hacia la cúspide del deseo. En medio justo de esa loca y desenfrenada carrera me dice:
- No tengo forros.
-¿Entonces qué hacemos?
- Hagámoslo así, no pasa nada, yo lo sacó antes, no tengo Sida- y toda una sarta de palabras pero de levantarse e ir hasta la farmacia que estaba justo debajo del departamento nada.

Respiré hondo, muy hondo, conté hasta... tres, me levanté, me vestí, tomé mi bolso y adiós corazón. Bye, bye darling. Cuando pasé por la farmacia metí mi mano en la cartera.

Me había dado cuenta de algo. Fue entonces cuando lo hice. Giré, subí el ascensor, toqué el timbre.Temí que un insecto me abriera la puerta pero no, era él con la mejor carita y una sonrisa de lado a lado.
-¿Compraste los forros?-me preguntó ilusionado.
-Me olvidé mis lentes, me los das por favor.

Y así protegiendo mis ojos me senté en una plaza a leer. No estaba sola: el sol, como el mejor amante, me acariciaba la piel invitándome a disfrutar la vida a pleno.

14 comentarios:

Una Pepina dijo...

Metamorfosis de Malizia:

Hombre disponible-->papito-->la cosa funciona-->la cosa no funciona-->bye bicho.

Con lo cual el hombre que no te cuida no te respeta ni se respeta.

Me pa q no hubo metamorfosis Mali, el tipo fue siempre un bicho.

Hiciste bien en tirar flit.

Besos de la Pepi.

Romina Zanellato dijo...

ojalá yo pudiera ser así de fuerte, sino no estaria metamorfoseandome en estos estados de paranoia, arrepentimiento, orgullo por espontanea y vuelta al estado de paranoia-queestúpidaquesoy.
En fin... bien hecho!

Lalodelce dijo...

Ouch!!!!! Qué juersa'e volunta'.

Anónimo dijo...

Momentito... digo, si en tan pequeñez sos asi de exigente, tenes menos onda que un bonzai... ponele onda flaca, acaso sos una especie de Reina?... vamos... para la proxima llevate un par de forros en la cartera... .

Anónimo dijo...

Como siempre, excelente post, y excelente tu reacción. Te felicito!
Eso si, adhiero a que para la próxima lleves forros en la cartera querida! quien te dice qué te podes llegar a perder por no tenerlos...
Un abrazo!

Anónimo dijo...

Estem... acaso no lei este post, hace ya un tiempo?

Mali, recicladora de posts.

Garrobito Alado dijo...

..Dediquemonos al recicle de viejos amores... eso seguro da plata...

LocaComoTuMadre dijo...

Hay Pepina, te leí y me dio escalofríos..."Con lo cual el hombre que no te cuida no te respeta ni se respeta"... Ya la copie como frase de la semana en mi cuadernito de cabecera...

Con respecto al insecto-lindete-pero-no-tengo-forros es un imbécil... Lo bien que hiciste fue rajarte, ahora bien... como contaste?? uno....dos....y tres o
TRESSSSSSS!!!!!!! Y te fuiste jajajaja!!!Hay que estar en la situación...y no morir en el intento.

Me encantó leerte!
Beso
Maru.-

MALiZiA dijo...

Si, sorry se me chispoteo. Ya se viene el que tenía que salir.
Besos,

Rain dijo...

sin embargo es uno de los mejores.
Pero acoto, ¿Por que vos no tenias?
O sea... hay que cuidarlas y cuidarse, en eso adhiero: Sin forros no. Peeeero ¿Por que ustedes no tienen también?
En fin, una simple duda.

Anónimo dijo...

Como dijo Rain, o como dijo él, ¿Por qué no compraste forros vos y volviste? ¿Por qué tenía que bajar él a comprar los forros?
Obvio, cuidarse, todo bien y en todo caso tirá un "No, sin forros no, lo dejamos para otro día" pero irte y no seguir una relación porque no habían forros, me parece (valga la redundancia) una forrada.

Anónimo dijo...

Maliz... Hiciste trampa !!! Este ya lo había leídooooooo !!!!! UFAAAAAAA !!! De todas maneras, igual que Mafalda, me gusta aunque lo haya leído...

Gracias, pero que no se repita !! JAJA...

Carla.

Anónimo dijo...

que triste es el intento por la supremacía del género, por el contínuo desencuentro.

Blonda dijo...

puede ser k este post lo haya leído antes? o estoy delirandoo??